Elegir frutas de temporada no solo es una forma de cuidar tu salud, también es una decisión que ayuda al planeta y a los agricultores locales. Estas frutas se recogen en su punto justo de maduración, lo que significa que tienen mejor sabor, más nutrientes y menos necesidad de conservantes o transporte a larga distancia.
Por ejemplo, en primavera podemos disfrutar de fresas, cerezas, nísperos o albaricoques, todas llenas de color y sabor natural. Además, suelen tener mejor precio porque hay más oferta y no necesitan ser importadas desde lejos.
Cuando compras de temporada, comes más variado, aprovechas los beneficios específicos de cada fruta y haces tu dieta más rica y equilibrada. Así que la próxima vez que vayas al mercado, fíjate en lo que está en temporada. ¡Tu cuerpo y el planeta te lo agradecerán!